El aspecto estético en las construcciones es cada vez más exigente y los elementos de concreto arquitectónico, elaborados in situ o prefabricados, marcan una etapa importante en la evolución de la arquitectura contemporánea al brindar características de increíble versatilidad, con las cuales se pueden crear impecables obras que bien pueden ser la reproducción de una fachada antigua o un diseño alternativo.
Por ello, el concreto cumple un papel importante y primordial en dichas estructuras modernas. Fuera del concreto , ningún material de construcción moderno puede asumir con tanta facilidad las formas, colores y texturas en cualquier tipo de proyecto. Por lo mismo, son muchas las ventajas de trabajar con el concreto arquitectónico y muchos los beneficios de todo tipo que se derivan de su empleo. Dentro de las ventajas competitivas que se destacan en este material están:
Productividad y economía:
Las superficies tratadas con concreto no requieren acabados adicionales, puesto que este material ofrece características antiderrapantes que le otorgan durabilidad y resistencia. Además, en comparación con otros materiales, reduce las necesidades de mantenimiento y exige menores costos en la elaboración del acabado. Al escoger el concreto arquitectónico como opción constructiva hay también un aumento en la velocidad de construcción cuando se emplean concretos como el autocompactante, el cual permite vaciar mayores áreas en menor tiempo. Si se escogen prefabricados arquitectónicos para recubrir la estructura, los elementos pueden ser fabricados al mismo tiempo que se inician los trabajos de cimentación, ahorrando tiempo en la ejecución e instalación de las piezas, con menos mano de obra y actividad constructiva, puesto que una de las grandes ventajas del concreto arquitectónico es la posibilidad de manufacturar amplios paneles bajo todo tipo de formatos (20 m2 o más) y con espesores que pueden llegar a los 15 mm.
Resistencia, peso, elasticidad:
El concreto es un material bastante versátil que puede lograr excelentes efectos estéticos sin que se alteren sus cualidades físicas y mecánicas. Aporta grandes resistencias en espesores menores y en grandes formatos; también ofrece altas resistencias a la compresión, a la tensión y a la abrasión . Logra a su vez reducir el peso de las edificaciones: por ejemplo, un elemento de 1 m2 de concreto reforzado con fibra de vidrio (paneles GRC) pesa aproximadamente 40 kg.
Sostenibilidad y tecnología:
En cuanto a la sostenibilidad, el concreto presenta un amplio espectro de beneficios como el aislamiento acústico, pues cuando se utiliza en paredes y paneles puede reducir el ruido en más de un 80%, comparado con materiales como la madera o el acero. Hoy en día las edificaciones de concreto consumen menos energía para calentarse o enfriarse. Los niveles de reflexión son de 57,4% en el concreto blanco y 23,6% en el concreto gris. Para proyectos arquitectónicos también es posible utilizar concreto fotocatalítico que, además de ser un material flexible y estético, tiene la capacidad de descontaminar el aire de su entorno al entrar en contacto con la composición de su cara vista. En acabados de pisos puede utilizarse el concreto arquitectónico permeable, que filtra las aguas de lluvia evitando que a los drenajes de aguas lluvias lleguen aceites, gasolina u otros líquidos contaminantes.
Apariencia y estética:
Sin duda alguna, la máxima ventaja del concreto arquitectónico (liviano, fibrorreforzado, autocompactante, GRC, de altas prestaciones y ofrecido en múltiples referencias comerciales) frente a cualquier otro material y para cualquier tipo de obra, es su capacidad de asumir las formas, colores y texturas que desee, bien sea en propuestas de vanguardia o para complementar materiales existentes. La estética, la plasticidad y trabajabilidad de la llamada “piedra líquida” amplían la variedad de acabados que refuerzan el aspecto estético de un proyecto en una figura integral, asegurando color y aspecto uniformes y permitiendo realizar geometrías complejas a la perfección.
De la mano del concreto arquitectónico es posible reproducir hoy en día todo tipo de acabados: lisos, texturizados, allanados, lavados con abrasivos, con tratamientos químicos o con procesos mecánicos como cepillado, martillado, chorro de aire o abrasivos, de los cuales podemos obtener apariencias brillantes, con agregados expuestos o perforaciones. El concreto arquitectónico permite simular texturas de piedra, madera, ladrillo, granito o mármol, entre muchas más.
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